La enfermedad, tu oportunidad
Dejó escrito Voltaire que “el arte de la medicina consiste en entretener al paciente mientras la naturaleza cura la enfermedad”. Aunque probablemente es una exageración, no le faltaba algo de razón: en realidad los terapeutas no curamos, sino que son los propios pacientes los que, asumiendo la responsabilidad sobre su vida, aprenden de sí mismos y se curan. Lo importante es acompañarlos en el proceso de curación y de crecimiento personal con todos los medios a nuestro alcance, a ser posible con una metodología.
En realidad, estoy convencida de que la enfermedad es un gran medio de aprendizaje para todos nosotros. Siempre digo que no hay que tener miedo a la enfermedad, pues siempre nos muestra el potencial que llevamos dentro. De hecho, a través de la enfermedad (o, de forma más general, del “malestar”) se abre el camino y se adquiere la luz para reconocernos a nosotros mismos. Si aprendemos de ella, averiguaremos lo que hay en nuestro interior.
Mi objetivo, como os digo, no es curar a las personas, sino ayudarlas a que se escuchen, a que tomen consciencia de qué les sucede y por qué y a que aprendan a alejar de ellas la enfermedad. Para eso les enseño un método de limpieza interior que lo que hace, más que curar, es limpiar y reforzar el organismo para que esté mejor preparado ante cualquier amenaza o eventualidad, externa o interna. Les enseño, en definitiva, a prevenir.
Por tanto, es importante:
- Tomar conciencia de la situación en qué estás
- Eliminar todo lo tóxico que te rodea
- Cambiar los hábitos adquiridos a lo largo de la vida
- Encontrar tu verdadero camino
- Ser consciente de lo que realmente quieres
- Aprender a ser tú mismo o tú misma
¿Quieres que te acompañemos en este proceso?
Leonor Martín Monge